DILE NO A LA VIOLENCIA
El elemento esencial en la violencia es el daño, tanto físico como
psicológico. Este puede manifestarse de múltiples maneras (por ejemplo,
los estímulos nocivos de los que depende) y asociado, igualmente, a
variadas formas de destrucción: lesiones físicas, humillaciones,
amenazas, rechazo, etc. Es destacable también el daño (en forma de
desconfianza o miedo) sobre el que se construyen las relaciones
interpersonales, pues está en el origen de los problemas en las
relaciones grupales, bajo formas como la polarización, el resentimiento,
el odio, etc., que, a su vez, perjudica las redes sociales y de
comunidad.
Otro aspecto de la violencia que hay que tener en cuenta es que no
necesariamente se trata de algo consumado y confirmado; la violencia
puede manifestarse también como una amenaza sostenida y duradera,
causante de daños psicológicos en quienes la padecen y con repercusiones
negativas en la sociedad.
En otro orden de cosas, cuando la violencia es la expresión
contingente de algún conflicto social puede darse de manera espontánea,
sin una planificación previa minuciosa.
La violencia puede además ser justa o injusta; legítima o ilegítima; encubierta o abierta; estructural o individual.
SIN VIOLENCIA ARREGLAMOS NUESTRAS DIFERENCIAS